Todos hemos oído lo importante que es invertir en un buen diseño, pero también escuchamos que el contenido es el rey. Entonces ¿diseño o contenido?¿Qué es más importante y por cuál debemos preocuparnos? He aquí mi humilde opinión (y la de muchos otros).
Diseño atractivo vs contenido de valor ¿Qué es más importante?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que cuando el usuario busca, es porque quiere encontrar. Pero lo segundo que tenemos que tener en cuenta es que las personas nos dejamos guiar por las apariencias.
De la misma manera que detectamos el atractivo de una persona, también detectamos la buena (o mala) presentación de lo que consumimos. No es que lo analicemos de manera consciente, pero hay algo en esa belleza que nos transmite confianza y orden. Pero, ojo, por muy guapos que seamos, si estamos huecos por dentro no llegaremos muy lejos.
Pues algo así ocurre con nuestro contenido.

El contenido debe ser valioso
El contenido es tu mensaje y el diseño es cómo lo cuentas. Visto así, podríamos decir que el contenido es la base y, por lo tanto, tiene más importancia. Y, es verdad, que sin un buen mensaje estamos perdidos. Nuestro contenido ha de ser de valor y debe ofrecerle al usuario, como mínimo, la respuesta que está buscando.
La única manera que tenemos de que nuestro cliente ideal nos elija es que confíe en nosotros. Y una buena manera de que confíe en nosotros es demostrándole que controlamos acerca del tema por el que se está interesando y, por lo tanto, somos una buena opción para ayudarle. ¿Pero qué significa hacer contenido de valor? Pues significa escribir para ayudar, no para vender.
El diseño sí importa
Ya sabemos que el mensaje es importante, pero ¿qué pasa si no es atractivo? Otra de las cosas que tenemos que saber es que el usuario, por norma general, no tiene tiempo para leer. Las personas vamos rápido y queremos perder el menor tiempo posible a la hora de buscar cualquier información. Por lo tanto, el contenido debe estar diseñado de manera que no abrume y que apetezca ser leído.
El contenido debe ser atractivo tener un diseño agradable, que invite a quedarse y que visualmente no cargue. Un buen diseño, además, muestra al usuario orden y cuidado al detalle. Y de esta manera transmitimos más confianza, ya que estamos enviando un mensaje coherente: me preocupo por generar un contenido de valor, pero también me preocupo por presentarlo bien. Si no cuidamos esa parte visual, estaremos enviando un mensaje contradictorio; y la contradicción genera desconfianza.
Por otro lado, el diseño nos ayudará a diferenciarnos de la innumerable competencia que puede estar hablando de lo mismo que nosotros. Nuestro diseño será diferente al resto y nos hará reconocibles.
Cómo asegurar un buen contenido
Para asegurar un contenido de valor lo primero que tenemos que hacer es dejar de pensar en lo que hacemos nosotros y empezar a pensar en la persona que va a leer ese mensaje: cómo es y qué busca, etc. y entonces enfocarnos en solucionar sus dudas. Olvidémonos de la venta y la promoción y centrémonos en ayudar. Para eso, hay que analizar bien dos pilares:
- Analizando a nuestro cliente ideal
- Cómo es: sexo, edad, profesión, hábitos, gustos, etc. Esto nos ayudará a visualizar la persona a la que nos dirigimos y nos será más fácil saber qué decirle y cómo dirigirnos a ella.
- Necesidades. En qué punto se encuentra nuestro cliente y qué necesidades y dudas tiene. Nuestro trabajo será darle información que responda sus dudas para que pueda decidir qué hacer.
- Qué sabe y qué no sabe. Cuánto mejor sepamos qué información le falta (y se la demos, por supuesto), más valioso le resultará nuestro contenido.
- Cuáles son sus miedos. Tenemos que calmar sus miedos haciéndoles ver que con nosotros no tienen nada que temer.
- Definiendo nuestro papel en la vida de este cliente ideal
- Cómo somos. Nuestra manera de ser y actuar, así como nuestra filosofía, deben ir en consonancia con nuestro cliente ideal para poder conectar fácilmente. Si nuestra personalidad de nuestro negocio no va en consonancia, igual es que no es nuestro cliente ideal
- Qué necesidades cubrimos y cómo las cubrimos. Además de saber las necesidades que cubrimos, contar cómo lo hacemos y lo que el usuario gana con nuestro servicio o producto, ayudará al usuario a conocernos mejor y a confiar en nosotros.
- Qué nos diferencia. Tiene que haber algo que nos diferencie de la competencia y el usuario tiene que poder percibirlo a través de nuestro contenido para que nos recuerde y también nos prefiera.
- Cómo puede ayudar nuestro conocimiento. Tenemos conocimientos tan interiorizados y normalizados y caemos en el error de pensar que todo el mundo lo sabe. Pero no. Hay mucha información que tú sabes y que ayudará a muchos usuarios con dudas. Por lo tanto, no te olvides de lo más básico porque también es de interés.

Aparte de tener en cuenta todo esto, tenemos que intentar que nuestro primer párrafo le haga saber al lector que lo que sigue es de utilidad. De lo contrario, no continuará leyendo.
Transformar el contenido en una lectura apetecible
La lectura de nuestro contenido va a depender de la manera en que lo presentemos. El objetivo es que resulte atractivo y agradable a la vista y lo menos plano posible. Ya sea en un blog, en redes sociales o incluso en un folleto o cartel, si queremos que el usuario lea nuestra información, tenemos que hacerla atractiva. ¿Pero cómo diseñamos un contenido para que resulte apetecible y confiable?
7 principios que mejoran considerablemente un texto:
- Dividir el contenido. Si dividimos el contenido en bloques parecerá que hay menos texto. Y es que esto es así: si el lector ve mucho texto junto, va a sentir pereza o prisa por terminar. Pensará que no puede estar 10 min leyendo y buscará algo más ligero.
- Dar pistas de lo que vamos a contar. En la mayoría de los casos, antes de empezar a leer, se hace un escáner rápido para estar uno seguro de que lo que va a leer es de utilidad. Lo último que quiere el lector es perder su preciado tiempo y, si va a invertir unos minutos leyendo algo, tiene que servir para algo. Para ello, es importante informar en ese primer vistazo de que lo que contamos es interesante. Por lo tanto, hay que hacer uso de señales llamativas:
- Emplea titulares descriptivos en cada bloque de texto (cuantos más, mejor)
- Imágenes o gráficos que describan de forma visual lo que estamos contando
- Bold o negritas para destacar las palabras o frases clave e importantes
- Jerarquizar contenido. La jerarquía funciona muy bien en la mente del lector por el orden que transmite. Organizar el contenido desde el apartado más grande hasta los subapartados que le pertenecen, facilita la lectura y permite ver cuál es la importancia de cada uno.
- Facilitar la lectura. El texto debe ser lo suficientemente grande para leer sin esfuerzo y con un interlineado más bien generoso. Y la tipografía, por supuesto, debe ser bien legible. Evitamos las tipografías complejas y decoraciones innecesarias en las letras. Si el lector detecta que la lectura le va a suponer más esfuerzo del necesario, lo más probable es que pase a otra cosa. Tenemos que ofrecer comodidad y un buen rato.
- Acompañar con elementos gráficos. El uso de imágenes y pictogramas romperá la monotonía del texto. Pero, cuidado, estos tienen que ser de calidad: nada de píxeles o imágenes poco cuidadas y no profesionales.
- Hacer listados. Las listas son muy visuales y se leen muy fácilmente. Crear listados en la medida de lo posible transmitirá orden y control en la mente del lector.
- Destacar textos importantes. Si queremos que algo se lea sí o sí, tenemos que hacerlo destacar por encima del resto. En un contenido plano, nada sobresale y todo desapercibido.

Contenido y diseño a partes iguales
Yo diría que, tanto contenido como diseño, son una pareja inseparable en la que uno no es sin el otro, como el otro no es sin el uno. Si uno de los dos cojea, el total puede verse bastante afectado. Pero si los dos funcionan, entonces el resultado puede ser maravilloso.