Un error muy recurrente es restarle importancia a la imagen de nuestra marca o no buscar la diferenciación. Es muchísima la competencia y las opciones que tiene el consumidor, por lo hay que buscar la manera de promocionarse y destacar. Por eso, es muy importante trabajar una buena imagen de marca. Y es que no importa lo grande o pequeña que sea una marca porque gran parte de los problemas son comunes. Debemos ser creativos para aportar valor y buscar una conexión con nuestro público, por ejemplo, con el diseño.
Te vamos a explicar cómo buscar y transmitir una esencia propia teniendo en cuenta 6 cosas que hace una buena marca con su imagen:
1. Desarrollar la imagen desde la estrategia.
Para realizar una imagen que funcione y acorde con lo que somos es muy importante saber cuál es nuestro ADN de marca y definir los siguientes aspectos:
Tu cliente ideal.
No todo el mundo es tu cliente ideal. Normalmente, cometemos el error de pensar que nuestro cliente ideal es “cualquiera que necesite nuestro servicio”, pero nada más lejos de la realidad. Focaliza, segmenta y busca el tipo de público que más te necesita.
Tu promesa.
Eso que el cliente espera de ti y lo que tú le dices que tendrá si te elige. La promesa te hará único y todo girará en torno a ella. Por ejemplo, si vendes SEO, tu promesa será la primera posición en Google.
Tu producto o servicio.
No hay que olvidar que tu producto es la base de todo y será este el objetivo final.
Una vez tenemos esto claro, ya estamos preparados para definir el aspecto más visual de nuestra marca: la imagen.
Por ejemplo, si tenemos una empresa que vende gafas ecológicas cuyos materiales son solo biodegradables, nuestra imagen de marca deberá emplear sólo materiales como el papel y evitar al 100% los materiales plásticos. Además deberá emplear colores, por ejemplo, verdes y marrones e imágenes de entornos naturales, que defiendan siempre lo orgánico y el reciclaje.
2. Permanecer en el tiempo.
A la hora de definir nuestra imagen y su logotipo, debemos tener en cuenta la perdurabilidad. Es decir, es conveniente desarrollar una imagen entorno a nosotros mismos y nuestra filosofía interna en lugar de basarnos en modas y tendencias. ¿Por qué? Porque las modas son pasajeras y te verás en la obligación de renovarla cuando tu moda haya pasado.
La idea es que una imagen dure lo máximo posible y que la renovación sea una actualización y no un cambio.
3. Cuidar el color y la tipografía
Habrás leído esto montones de veces, pero es que estos son dos de los aspectos que más aportarán a tu imagen si los usas cuidadosamente.
Y es que estas dos tareas son obligatorias:
- Establece uno o varios colores y úsalos continuamente. Los colores forman parte de nuestra identidad, por no que no es conveniente ir cambiándolos con cada comunicación
- Define dos o tres tipografías, una para los titulares y otra para los textos. Y no uses ninguna más.
4. Tener una imagen unificada.
Si hay algo que puede distinguir una buena marca a primera vista, es una imagen unificada.
Lo ideal es definir una identidad visual mediante el desarrollo de una guía de estilo para que tu marca proyecte lo mismo en su logotipo, producto, página web, redes sociales o cualquier medio de comunicación. Si no se define una línea creativa correctamente, pueden surgir incoherencias en la comunicación y transmitir algo que no queremos.
Para que esto no pase, es muy importante que toda identidad visual esté diseñada en armonía mediante unas guías de colores, tipografías y otros elementos previamente definidos acorde a la estrategia de marca construida.
Un buen ejemplo de esto es la marca Lush. El color negro y la misma tipografía script en blanco están siempre presente en cualquiera de sus productos, folletos, página web y eso lo hace súper identificable a simple vista.
5. Ser coherente en sus comunicaciones.
Como hemos dicho, unas de las máximas de una buena marca es la coherencia en todo lo que hace. Y esto también se aplica a la comunicación que se realiza mediante la web, anuncios, emails, perfiles de redes sociales o envases de productos.
Toda la expresión gráfica debe girar siempre entorno al mismo mensaje, con la misma actitud y personalidad de marca.
Por ejemplo, si comparamos los perfiles de Instagram de BMW y SEAT, vemos una clara diferencia en el estilo de comunicación que tiene cada uno. Mientras BMW utiliza un estilo fotográfico más oscuro, atrevido y deportivo en el que solo muestra sus coches, SEAT hace unas composiciones más naturales y cálidas, centradas en las personas. BMW tiene como protagonista el coche, focalizando la atención en la conducción deportiva y SEAT pone su atención en la diversión con amigos y familia, dejando en un segundo plano la conducción.
6. Tener un elemento diferenciador.
Para descubrir cómo marcar la diferenciar, hay que hacer un ejercicio de abstracción y de perspectiva yendo un poquito más allá. Nos tenemos que alejar un poco de las características técnicas de nuestro producto o servicio y reflexionar sobre qué podemos aportar a nuestro cliente ideal que no le esté dando nuestra competencia.
Una vez tengamos esto claro, tenemos que enfocarnos en explotarlo al máximo, tanto en las comunicaciones como en el diseño, ya que es lo que nos hará destacar.
En resumen
Si una marca funciona es porque detrás existe un buen branding y una planificación previa para definir cuál es el cliente ideal, cómo podemos ayudarle y qué propuesta de valor ofrecemos. Será entonces cuando pasamos a manifestarlo gráficamente a través de una identidad visual sólida y acorde con ella. Si no es así, es posible que sea el momento de plantearse un rebranding de marca.
Comunicar correctamente la esencia de la marca de forma visual es tan importante como mantener esta forma visual unificada. Esto nos permitirá conectar mejor con nuestro cliente ideal.
¿Tu marca cumple estos aspectos? Dime en los comentarios cómo te comunicas con tu audiencia y si coincides con todos estos puntos.