Como he comentado en varias ocasiones, definir la combinación de colores perfecta es fundamental para que nuestra marca sea más marca y nuestra imagen más nuestra. Normalmente, será suficiente con 3 colores. Aunque tiene su cosa, voy a ayudarte a que crear tu paleta de color en 4 pasos.
No te asustes si la combinación de colores no es lo tuyo. Al fin y al cabo, una paleta de color no es más que la asociación de colores a tu propia filosofía y a tu negocio. Además, tendrás alguna que otra chuleta de la que echar mano.
Coge papel y boli y ¡vamos allá!
1. Describe tu negocio.
Escribe dos o tres palabras que mejor describan la personalidad de tu marca. Cuanto más concreto sea el término más fácil será crear tu paleta de color. Por ejemplo, alegre, cercano, seguro, sabio… En fin, hay múltiples posibilidades, seguro que sabes bien cuáles son los tuyos 😊
2. Encuentra tu color principal.
Asocia el color que mejor represente todas las palabras que has elegido. Lo ideal es que haga referencia a todas, pero, sobre todo, a las más importantes para tu negocio. Para esto, nos ayudará mucho conocer la psicología de los colores.
- Cálidos: suelen asociarse más a las emociones desenfrenadas y resultan más cercanos y alegres.
- Fríos: estos colores se asocian más a la razón y la sabiduría y tienen cierto aire idealizado y sobrio.
- Neutros: esta gama dará equilibrio a la intensidad de la paleta y aportarán más pureza, simplicidad y estabilidad a nuestra imagen.
Por ejemplo, si yo elijo las palabras pasión, entusiasmo y confianza, el rojo sería un buen color para representar la mayoría de estos adjetivos.
3. Vamos a por el color secundario
Para elegir el color secundario vamos a echar mano del famoso círculo cromático y elegiremos un color cercano a nuestro color dominante elegido. Por ejemplo, si mi color es el rojo, voy a elegir el naranja.
Ya tenemos dos colores en nuestra paleta que representan los rasgos fundamentales de nuestra marca. Genial, vamos a seguir!
4. Un toque de contraste.
Lo que vamos a hacer ahora es elegir un tercer color que acentúe un poco nuestra paleta. Como los dos colores que hemos elegido tienen la misma gama, ahora necesitamos un tercero que rompa un poco esa monotonía y refuerce los principales.
Para ello, volvemos a hacer uso de nuestra chuleta, pero, esta vez, escogeremos un color que se encuentre en la mitad opuesta de los nuestros en el círculo cromático.
En el caso del rojo y el naranja, podrían funcionar bien el azul claro o turquesa. Esto hará que mi paleta quede más alegre y menos “plana”.
Otra opción, si tienes muy claro cómo quieres romper esa monotonía, es que pruebes directamente con el color que mejor va con aquello que estás pensando. Por ejemplo, una de las palabras que yo he elegido es confianza. Si lo que quiero es representar más ese término y darle un toque algo más sobrio en lugar de tan colorido, entonces virar ese azul turquesa a gris me dará mejor resultado.
Lo ideal es que el color que más uses sea el dominante y el secundario. El color acento será el que uses para los detalles.
Un extra
Puedes ampliar tu paleta sacando colores degradados de los colores elegidos. Esto puede ayudarte a unificar la paleta a la hora de ponerla en práctica o a dar color a las zonas que quieres destacar menos.
¡Ya tienes tus propios colores! Úsalos continuamente y trátalos con cariño, verás cómo tu imagen se ve más unificada y habrá subido un poquito más de nivel.
Ahora que has llegado hasta aquí, te invito a crear tu Moodboard para cerciorarte de que has elegido los colores de tu paleta correctamente, ¿te animas?
Como siempre, no dudes en preguntarnos cualquier cosa en los comentarios.