Cuando nuestra empresa necesita una imagen o, simplemente, comunicar algo nos hacemos «la pregunta»: ¿Debo contratar a un diseñador gráfico o una agencia para que me lo haga o puedo apañármelas yo mismo? Vamos a resolver esta duda.
Antes de nada, vamos a definir lo que es y qué hace un diseñador gráfico. Hablamos de un profesional creativo, cuya labor es comunicar cualquier mensaje de manera clara, atractiva y sabiendo adaptarse tanto a los fundamentos de la empresa en cuestión, como a las necesidades del público objetivo al que se debe llegar.
Pero esta tarea requiere ciertos conocimientos y habilidades, tales como manejar complejas herramientas, generar ideas creativas o saber comunicar, que ayudarán a conseguir una imagen profesional que genere confianza y resultados.
Por otro lado, ahora mismo existen infinidad de tutoriales y medios gratuitos en internet que nos facilitan información y «formación» básica para poder hacer cualquier cosa nosotros mismos.
Sin embargo, hay que decidir qué merece más la pena, ¿invertir tiempo en intentar hacerlo uno mismo o dinero en contratar a un diseñador gráfico que nos lo haga? Veamos la diferencia.
Al contratar a un diseñador gráfico
1. Ahorras tiempo.
Alguien que conoce la materia, sabe usar las herramientas que esta requiere y tiene experiencia en los procesos creativos, invertirá mucho menos tiempo que tú. En tu caso, el tiempo que emplees con el propio diseño será mayor, ya que no tienes esa soltura creativa ni los mismos recursos. Además, antes de eso, habrás tenido que echar unas cuantas horas para conseguir hacerte con los diferentes programas de diseño. Seguro que tú ya estás bastante ocupado y tienes mejores cosas que hacer que ponerte en la piel de un diseñador. No puedes ocuparte tú de todo.
2. Conocimientos técnicos
A parte de diseñar, hay otros aspectos importantes que debemos saber, como preparar los artes finales antes de mandar a la imprenta o saber qué perfil de color es el más adecuado, ya que no es lo mismo imprimir un cartel que diseñar una pieza para las redes sociales. Si diseñas un cartel, por ejemplo, debes tener en cuenta la jerarquía del mensaje, colores y tipografías. Fallar en cualquiera de estos u otros muchos aspectos podría hacer tu cartel menos efectivo. Me temo que con saber usar Photoshop o Illustrator no es suficiente.
3. Asesor personal.
Contratar a un diseñador gráfico o agencia no es solo solicitar piezas a alguien y recibirlas a tiempo. Contratar a un diseñador gráfico significa tener un aliado. Tendrás a alguien que vele por la imagen de tu negocio y que te aconseje en cada caso. Será alguien a quien puedes confiarle la identidad de tu marca y que estará ahí para ayudarte y resolver cualquier duda que tengas. Además, si no sabes por dónde empezar o qué piezas gráficas pueden ser necesarias para tu negocio, seguro que un buen profesional sabe cómo guiarte en este sentido, así como darte algunas ideas para mejorar tus ventas.
4. Aspecto más profesional
Aunque le ganes la lucha a los programas de diseño y consigas hacer algo decente, probablemente no consigas ese aspecto profesional que te gustaría y que ves en otras empresas. Pero no pasa nada, es normal. Para llegar a eso, se necesita práctica, experiencia, habilidades y conocimientos que los diseñadores consiguen tras años de formación y de trabajo.
5. Te representa
El diseño gráfico de tu empresa te representa. Los diseños que hagas serán la imagen que proyectes al mundo de ti y de tu negocio. Si eres un buen profesional haciendo tu trabajo, lo normal es que la imagen de tu marca lo sea también. La primera impresión es muy importante y debes asegurarte de entrarle por los ojos a cualquier posible cliente para que te den la oportunidad de demostrar lo que vale tu trabajo o tu producto. De lo contrario, no importa lo válido que seas, ya que la gente tiende a elegir lo que más le llama la atención. Si valoras tu empresa, debes valorar del mismo modo su imagen, como parte de ella.
6. Unidad y coherencia
A veces, cuando uno decide hacer sus propios diseños puede cometer algunos errores y darse cuenta de que su trabajo no sigue una línea gráfica. Cada pieza es distinta de la otra y no parecen parte de la misma identidad y eso hace que tu negocio pierda solidez.
Contratar a un diseñador gráfico o una agencia te liberará de toda esta carga y será su trabajo encargarse de que todo esto esté en orden. Aunque es posible que al principio lleve un tiempo conoceros y definirlo todo bien, pronto empezará a marchar a la perfección y verás mejores resultados, mayor notoriedad y eso se traducirá en mayores ventas.
7. Olvídate de todo.
Si cuentas con el respaldo de un diseñador gráfico, no tendrás que preocuparte por nada más que manifestar tu necesidad. Él se encargará de todo lo demás. No tendrás que buscar bancos de imágenes o imprentas, ni preocuparte por inconvenientes técnicos u otros contratiempos. Además, tu diseño estará a tiempo para la fecha límite sin perder tiempo ni dinero. La tranquilidad mental de tener todo esto cubierto merecerá la pena.
Si diseñas tú mismo.
1. Ahorras dinero.
Al menos a priori. Si realizas tú mismo el diseño gráfico de tu negocio puedes ahorrarte ese dinero y salir del paso; sin embargo, podría ser que no proyectes la imagen adecuada y eso se traduciría en peores resultados. Además, si cometes errores en el diseño o en la producción, podría costarte más dinero o tiempo solucionarlos.
2. Solo ante el peligro
Si te surge cualquier necesidad, duda o contratiempo tendrás que solucionarlo por tu cuenta. Tendrás que invertir un buen rato en investigar, aprender y conseguir encontrar una solución. Al contratar a un diseñador gráfico tendrás un profesional al que acudir siempre y te ahorrará dolores de cabeza.
3. Tu imagen lo refleja
Si has decidido invertir parte de tu tiempo en diseñar la imagen de tu marca, ten en cuenta que debes informarte bien y hacer una labor de investigación profunda acerca de cómo hacerlo, ya que diseñar no es solo volcar información y saber usar ciertas herramientas. De lo contrario, ese toque de inexperiencia se verá reflejado en los diseños y esto puede causar rechazo a tus posibles clientes.
Para reflexionar
Si tuvieras una avería en casa, ¿lo arreglarías tú o llamarías a un especialista? Realmente sí podrías hacerlo tú, pero te costaría más tiempo y esfuerzo que a un profesional de la materia y, probablemente, no obtendrías unos resultados tan óptimos. Con el diseño ocurre más o menos lo mismo. En definitiva, como dice el dicho: lo bien hecho, bien parece.
Para decidir realmente lo que de verdad necesitas, puedes intentar analizar de forma objetiva cómo te ve tu público y cómo te gustaría que te vieran.
2 comentarios
El valor de un diseñador es todo lo que he leído aquí, bien por nosotros los diseñadores
Hola, Rolando!
El contratar a un diseñador dependerá en gran medida del valor que le de la persona al trabajo realizar y si no le importa hacerlo por su cuenta o prefiere contratar a un profesional para ello.
Gracias por comentar!